Descubrir armonías con maridajes sorprendentes que permitan descubrir nuevas facetas de los vinos de Oporto. Con este objetivo una veintena de profesionales del sector de la gastronomía disfrutaron ayer (martes 2 de junio) del evento de maridaje celebrado en El Serbal e impulsado por el Instituto dos Vinhos do Douro e Porto.

La experiencia puso en boca de los hosteleros todas las categorí­as de vinos de Oporto enfrentadas a un reto: la búsqueda de nuevos matices a partir de la cocina de Cantabria. Andrés Ruiz y Rafael Prieto, cocinero y sumiller del restaurante distinguido con estrella Michelín en Santander, se enfrentaron al desafío de alternar y potenciar sabores.

El maridaje comenzó con Portrosé o Porto Pink, que permitió disfrutar de un vino en forma de cóctel, aderezado con naranja, menta, hielo y tónica y acompañado por un salmorejo con arbequina de Jaén y bocarte con tomate, aceituna, calamar y queso “Las Garmillas”. El Grand Cruz Tawny 10 años dio paso a los Tacos de Salmón Ahumado con Mayonesa de Wasabi, Mostaza y Gelatina y el Poças Colheita 1976 demostró su profundidad junto a un bogavante con esparragos de Navarra y guisantes.

Combinaciones arriesgadas tuvieron lugar en las mesas de El Serbal, como la de la Codorniz rellena de foie, hongo con tempura, pan de lenteja con cacao para disfrutar del Taylors LBV 2010.

El ramos Pinto Vintage 1983 acompañó a un coulant de chocolate con mente.

Entremedias, los vinos acompañaron algunos de los mejores quesos de Cantabria, demostrando a lo largo de todo el menú la versatilidad de los vinos de Oporto

y sus inmensas y sorprendentes posibilidades de maridaje con la gastronomí­a cántabra.

Fotos: Efecto Directo.